sábado, 16 de mayo de 2015

Crónica del Mapoma 2015. "El Épico"

tras mapoma son bambas anfibio
Domingo 26 de abril de 2015 

Mapoma 2015. El Épico

Nos llovió lo que no estaba escrito. Y no me puedo quejar, porque inconsciente y con la boca pequeña, pero el viernes lo deseé desde aquí mismo: Mal - Preparando Mapoma 2015 (segundo párrafo) 

Menuda carrera increíble, todavía me tiemblan las piernas (del esfuerzo, no de la emoción. Y, bueno, para ser sincero cuando se publique esto, tampoco me temblarán del esfuerzo de esta carrera).

Arranca temprano, 5h20 desayuno, trastos y a las 7h30 ya estamos frente al Retiro donde habíamos quedado con Chele, Fede & Company.

Guardarropa, foto y a los cajones.


Equipo


La última semana ha sido la de "la gran duda”. Y la gran duda era: ¿sí o no? ¿Si intentar hacer sub3 y asumir el riesgo del  fracaso o No intentarlo y fracasar antes de empezar?

Planteando así la pregunta contestarla es fácil. Lo difícil fue hacer bien la pregunta. Que si no estoy preparado, que la media me salió mucho peor que los años anteriores, que si no tengo la cabeza centrada, que si va a llover, que no me lo he preparado,...

Pues ahí estábamos 15 minutos antes de las 9 entrando en el primer cajón Chele, Fede y yo para intentar lo que para mí sería una machada. Teníamos un plan perfecto. Y con su permiso lo voy a desvelar: Fede tiraría todo el rato y Chele y yo iríamos a rueda mientras pudiésemos aguantar.



Aplicando la estrategia de forma estricta

Es un magnífico plan; claro y concreto. Casi más importante, un plan con fundamento, Fede baja de 3h en todos los maratones que corre, Chele ya ha bajado en alguna ocasión y yo todavía no. Dicho y hecho.

No fue nada sencillo de cumplir. En las subidas costaba seguir el ritmo de Fede y en las bajadas habríamos acelerado más. Hay que estar muy muy fuerte y tener mucha mucha confianza para mantener un ritmo constante en una maratón como la de Madrid…

Lo de “mientras pudiésemos aguantar” nos alcanzó para llegar hasta la mitad del tramo que transcurre por la Casa de Campo, sobre el km 27. A partir de ahí, nos tocó luchar solo contra los kilómetros, el ritmo que había que marcar y la ingente cantidad de agua que llegó a caer en muchos momentos a partir de la salida de la Casa de Campo.

Era una de las pocas veces que corría con camiseta de tirantes y me alegré enormemente porque el agua multiplicaba el peso de cada milímetro de tela que te cubría el cuerpo.

La lluvia hacía el reto más épico si cabe. Madrid con sus desniveles y la altitud, añadía ahora un mar de lluvia que te hacía correr empapado de arriba a abajo como si estuvieses siempre dentro de la ducha. La ropa empapada hasta la última fibra, pegada al cuerpo que la hacía más desagradable, las bambas que parecían cubos de agua,... sí que es cierto que no pasamos ningún calor... pero igual un exceso de lluvia sí... Tantos kilómetros con los pies encharcados y, a pesar de llevar unos calcetines buenos (caros, al menos) y finos, hacen que empieces a notar sensación de ampollas en los pies...

Los kilómetros van cayendo y sigues luchando contra el cansancio y el crono. Parece difícil conseguir el sueño de las 3h y crees que no puedes dar más para no quedarte sin gasolina antes de tiempo, pero siguen cayendo uno tras otro y hay un momento en el que piensas que sí, que igual si ya lo das todo podrías llegar y además conseguir tu sueño. Toca sufrir más, toca darle sin dudar, darlo todo. Hasta que la realidad y los cálculos que vas haciendo cuando queda el último kilómetro te devuelven a la tierra, al asfalto en este caso. Lo has hecho bien, muy bien, pero en esta ocasión tampoco bajarás de las 3 horas.

7 maratones en total, 5 mapomas. Van pasando los años y seguimos mejorando. Seguimos en la categoría de "promesas". El año pasado con la lesión en el piramidal no cuenta, y comparando con 2013 la mejora ha sido de más de 5 minutos a pesar de la intensa lluvia soportada para terminar en 3:01:18

Contento con la experiencia, con el resultado y, seguro, seguiremos peleando por bajar de las 3 horas. Nunca había estado tan cerca y ahora más convencido que nunca de poder hacerlo, sin esa lluvia y una preparación adecuada. Es un reto que merece la pena, por lo que aporta de desafío, disciplina, foco y motivación para entrenar y también para competir.



Post del post de la carrera: uno tiene una cara de machacado...
 
#NR

PD: una duda con ánimo constructivo: ¿por qué no nos metemos cada uno en el cajón que aproximadamente nos corresponde? no sirve ni a unos ni a otros empezar todos en el primer cajón. No sé.

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